En relación a la organización de las ideas, este poema de Alberti puede dividirse en tres partes: la primera, se corresponde con la primera estrofa, y en la cual se refleja la tesis del poema, el odio y la venganza; en cuanto a la segunda parte, abarcaría la segunda y la tercera estrofa, donde se va desarrollando la tesis, como la violencia hace desaperecer el significado de todo lo que ha escrito: y por último, la tercera parte, ocuparía únicamente el último verso del poema, sería la conclusión de éste, y muestra como la Guerra ha conseguido que las palabras queden vacías, eliminando la libertad de expresión.
miércoles, 28 de marzo de 2012
Nocturno, Rafael Alberti
En relación a la organización de las ideas, este poema de Alberti puede dividirse en tres partes: la primera, se corresponde con la primera estrofa, y en la cual se refleja la tesis del poema, el odio y la venganza; en cuanto a la segunda parte, abarcaría la segunda y la tercera estrofa, donde se va desarrollando la tesis, como la violencia hace desaperecer el significado de todo lo que ha escrito: y por último, la tercera parte, ocuparía únicamente el último verso del poema, sería la conclusión de éste, y muestra como la Guerra ha conseguido que las palabras queden vacías, eliminando la libertad de expresión.
martes, 27 de marzo de 2012
El Crimen fue en Granada, Antonio Machado a Federico García Lorca
1. El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
2. El poeta y la muerte.
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
3.
Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
En relación a la organización de las ideas podemos dividir el poema en tres partes. Cada una de ella se corresponde con una estrofa, la primera (El crimen) cuenta como se llevó a cabo el fusilamiento de García Lorca; la segunda (El poeta y la muerte) el autor muestra una conversación entre la muerte y Federico García Lorca y por último, la tercera parte (Se le vio caminar...) expresa la necesidad de recordar la memoria de García Lorca.
El principal tema de este poema es la muerte del escritor Federico García Lorca.
Federico García Lorca fue fusilado en Granada. A su muerte, mantiene una conversación con la muerte en la cual no siente miedo al hablar con ella, sino todo lo contrario. Finalmente, en memoria del autor se levanta en Granada una estatua en el lugar de su muerte.
El autor de este poema es Antonio Machado, poeta y prosista español integrante de la generación del 98. Natural de Sevilla pero pasó la mayor parte de su vida en Madrid donde estudió. Sus obras son integradas desde teatro, pasando por la prosa e incluyendo la poesía donde encontramos su máximo explendor como escritor.
En el poema Antonio Machado muestra el dolor por la muerte de Federico Lorca, ya que admiraba muchísimo al escritor. El quizás el dolor más fuerte es producido por haber muerto en su tierra, Granada, donde nació, formó su vida y finalmente, tras un fusilamiento murió. A pesar de ello, García Lorca, al hablar con la muerte no siente miedo por abandonar la vida, sino que lo afronta con valor y hace frente a las adversidades, lo que hace de él un gran hombre y lo que hace que sea apreciado por muchos otros poetas como en nuestro caso Antonio Machado.
jueves, 22 de marzo de 2012
Juguemos, Elvira Lindo
Jugar en la calle. Jugar en grupo. Esa es la actividad extraescolar que un grupo de educadores y psicólogos americanos han señalado como la asignatura pendiente en la educación actual de un niño. Parecería simple remediarlo. No lo es. La calle ya no es un sitio seguro en casi ninguna gran ciudad. La media que un niño americano pasa ante las numerosas pantallas que la vida le ofrece es hoy de siete horas y media. La de los niños españoles estaba en tres. Cualquiera de las dos cifras es una barbaridad. Cuando los expertos hablan de juego no se refieren a un juego de ordenador o una PlayStation ni tampoco al juego organizado por los padres, que en ocasiones se ven forzados a remediar la ausencia de otros niños. El juego más educativo sigue siendo aquel en que los niños han de luchar por el liderazgo o la colaboración, rivalizar o apoyarse, pelearse y hacer las paces para sobrevivir. Esto no significa que el ordenador sea una presencia nociva en sus vidas. Al contrario, es una insustituible herramienta de trabajo, pero en cuanto a ocio se refiere, el juego a la antigua sigue siendo el gran educador social.
Leía ayer a Rodríguez Ibarra hablar de esa gente que teme a los ordenadores y relacionaba ese miedo con los derechos de propiedad intelectual. No comprendí muy bien la relación, porque es precisamente entre los trabajadores de la cultura (el técnico de sonido, el músico, el montador, el diseñador o el escritor) donde el ordenador se ha convertido en un instrumento fundamental. Pero conviene no convertir a las máquinas en objetos sagrados y, de momento, no hay nada comparable en la vida de un niño a un partidillo de fútbol en la calle, a las casitas o al churro-media-manga. Y esto nada tiene que ver con un terror a las pantallas sino con la defensa de un tipo de juego necesario para hacer de los niños seres sociales.
En relación a la organización de las ideas podemos dividir el texto en tres partes: La primera abarcaría las tres primeras líneas donde hay una pequeña introducción en la cual nos muestra la tesis del texto; la segunda ocuparía desde la línea 4 hasta la 14 en la que desarrolla la tesis de la primera parte alegando las horas que pasan los niños frente a la pantalla; por último, la tercera parte se encuentra desde la línea 15 hasta el final en la cual la autora concluye el texto con sus propios argumentos.
El principal tema del texto sería la necesidad de que los niños jueguen en la calle.
Hoy en día los niños prefieren los ordenadores a salir a jugar a la calle. La calle puede ser muy peligrosa pero ahí es donde los niños aprenden a ser seres sociales, a relacionarse y sobre todo, a divertirse. Según Rodríguez Ibarra hay personas que temen a los ordenadores, cuando es una herramienta insustituible. Definitivamente, no se puede comparar los tradicionales juegos de niños con un ordenador.
Este texto periodístico fue publicado por el diario El País donde suelen aparecer a menudo artículos de opinión de Elvira Lindo, autora de éste.
Se está perdiendo el hábito de jugar en las calles. ¿Donde queda el juego del escondite o un partidillo de fútbol? Se disfrutaba muchísimo, se hacía amigos, se negociaban cromos, hasta la regañina que te echaban en casa por ensuciarte de barro un día de lluvia merecía la pena por salir a la calle. Hoy no. Hoy ver niños en la calle es menos frecuente, los hay, pero en cuanto reciben su primer ordenador o consola en su 15 cumpleaños, la olvida. El ordenador es una buena herramienta para el día a día, pero hay tiempo para todo y podemos distribuirlo bien.
domingo, 11 de marzo de 2012
Autocuento, Marcos Xalabarder.
sábado, 10 de marzo de 2012
Lo que eres me distrae de lo que dices, Pedro Salinas
Para vivir no quiero, Pedro Salinas
miércoles, 7 de marzo de 2012
Unos cuerpos son como flores, Luis Cernuda
Otros como puñales,
Otros como cintas de agua;
Pero todos, temprano o tarde,
Serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
Convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre.
Pero el hombre se agita en todas direcciones,
Sueña con libertades, compite con el viento,
Hasta que un día la quemadura se borra,
Volviendo a ser piedra en el camino de nadie.
Yo, que no soy piedra, sino camino
Que cruzan al pasar los pies desnudos,
Muero de amor por todos ellos;
Les doy mi cuerpo para que lo pisen,
Aunque les lleve a una ambición o a una nube,
Sin que ninguno comprenda
Que ambiciones o nubes
No valen un amor que se entrega.
En relación a la organización de las ideas, podemos dividir el poema en dos partes; la primera abarcaría desde el verso 1 al 10, donde se expresa en tercera persona, la clasificación de las personas, la importancia de unas personas a otras, entre otras ideas. La segunda parte del poema, va desde el verso 11 al 18, y el autor se comunica en primera persona, mostrándonos lo que es él actualmente en la vida.
El tema principal del poema es el amor que sentimos al entregarnos a otro ser.
Existen diferentes tipos de persona, y todas llegarán a estar enamoradas. Se presenta el proceso amoroso: la quemadura se borrará y la persona volverá a ser anónima sin importarle a nadie. Luego, el autor lo da todo por su amor sin importar que se puedan aprovechar de él o no reconozcan lo que está sintiendo.
El poema "Unos cuerpos son como flores" forma parte del libro Los placeres prohibidos (1931), escrito por Luís Cernuda. Pertenece al género lírico ya que nos muestra los sentimientos del autor.