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miércoles, 18 de abril de 2012

El Árbol de la Ciencia, Pío Baroja

Quinta Parte Capítulo 5
Alcolea del Campo
Las costumbres de Alcolea eran españolas puras; es decir, de un absurdo completo.
El pueblo no tenía el menor sentido social; las familias se metían en sus casas, como los trogloditas en su cueva. No había solidaridad; nadie sabía ni podía utilizar la fuerza de la asociación. Los hombres iban al trabajo y a veces al casino. Las mujeres no salían más que los domingos a misa.
Por falta de instinto colectivo el pueblo se había arruinado.
En la época del tratado de los vinos con Francia, todo el mundo, sin consultarse los unos a los otros comenzó a cambiar el cultivo de sus campos, dejando el trigo y los cereales y poniendo viñedos, pronto el río de vino de Alcolea se convirtió en río de oro. En este momento de prosperidad, el pueblo se agrandó, se instaló la luz eléctrica...; luego vino la terminación del tratado, y como nadie sentía la responsabilidad de representar el pueblo, a nadie se le ocurrió decir: Cambiemos el cultivo; volvamos a nuestra vida antigua; empleemos la riqueza producida por el vino en transformar la tierra para las necesidades de hoy. Nada.
El pueblo aceptó la ruina con resignación.
Antes éramos ricos se dijo cada alcoleano. Ahora seremos pobres. Es igual; viviremos peor, suprimiremos nuestras necesidades.
Aquel estoicismo acabó de hundir al pueblo.
Era natural que así fuese; cada ciudadano de Alcolea se sentía tan separado del vecino como de un extranjero. No tenían una cultura común (no la tenían de ninguna clase); no participaban de admiraciones comunes: sólo el hábito, la rutina, les unía; en el fondo, todos eran extraños a todos.
Muchas veces a Hurtado le parecía Alcolea una ciudad en estado de sitio. El sitiador era la moral. La moral católica . Allí no había nada que no estuviera almacenado y recogido: las mujeres, en sus casas; el dinero, en las carpetas; el vino, en las tinajas.
Andrés se preguntaba: ¿Qué hacen estas mujeres? ¿En qué piensan? ¿Cómo pasan las horas de sus días? Difícil era averiguarlo.
Con aquel régimen de guardarlo todo, Alcolea gozaba de un orden admirable, sólo un cementerio bien cuidado podía sobrepasar tal perfección.
Esta perfección se conseguía haciendo que el más inepto fuera el que gobernara. La ley de selección en pueblos como aquél se cumplía al revés. El cedazo iba separando el grano de la paja, luego se recogía la paja y se desperdiciaba el grano.
Algún burlón hubiera dicho que este aprovechamiento de la paja entre españoles no era raro. Por aquella selección a la inversa, resultaba que los más aptos allí eran precisamente los más ineptos.
En Alcolea había pocos robos y delitos de sangre: en cierta época los habia habido entre jugadores y matones; la gente pobre no se movía, vivía en una pasividad lánguida; en cambio, los ricos se agitaban, y la usura iba sorbiendo toda la vida de la ciudad.
El labrador, de humilde pasar, que durante mucho tiempo tenía una casa con cuatro o cinco parejas de mulas, de pronto aparecia con diez, luego con veinte;


Puesto que estamos ante un texto literario, podemos dividir el texto de la siguiente forma: Introducción, que abarcaría desde la primera línea hasta la quinta; nudo, desde la línea 6 hasta la 25; y por último, el desenlace, desde la línea 26 hasta el final.

El tema principal del fragmento es que la ineptitud de un pueblo hace que llegue a ruinas.

En Alcolea del Campo son muy católicos. Esto hace que se produzca una rutina día a día, tal como ir al trabajo y volver a casa, y salir de casa y dirigirse de nuevo al trabajo, conllevándolos a la ruina. Hubo una vez que incluso se llegó a instalar luz eléctrica, pero con respecto al campo, el cultivo... nadie estaba dispuesto a cambiar, por lo que se conformaron con la ruina.

Pío Baroja nació en San Sebastián y vivió durante toda su vida en Madrid, donde se entregó a la literatura.
Este pequeño fragmento pertenece al Árbol de la Ciencia, publicado en 1911.
La rutina muchas veces llega a ser muy cansina y agotadora. Hay quienes les gusta hacer día a día lo mismo y se conforman con ello, o quizás estén cómodos así. Sin embargo, desde mi punto de vista hay que romper con ella y probar a hacer cosas nuevas que nos motiven a cambiar.

sábado, 14 de abril de 2012

Te quiero, Luís Cernuda


Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

En relación a la organización de las ideas, podemos dividir el poema en dos partes: la primera abarcaría desde el verso 1 al 17, donde podemos ver como el autor expresa su amor valiéndose de la naturaleza; por otro lado, la segunda parte ocupa los cinco últimos versos, en los que podemos observar como el poeta nos dice que él no solo amará en la vida, sino después de la muerte continuará amando.

El tema principal del poema es el amor eterno, incluso después de la muerte.

Luís Cernuda quiere expresar todo su amor a través de la naturaleza y de todas las formas posibles.Pero, no solo eso, sino que el poeta nos dice que su amor no solo se quedará en eso, sino que irá mucho más allá y seguirá amando incluso después de su muerte.

Luís Cernuda, natural de Sevilla, pertenece a la Generación del 27. El poema ante el cuál nos hayamos, pertenece a su libro ''Los placeres prohibidos'', que podríamos clasificar en la segunda de sus cuatro etapas, la etapa de la juventud.
Puesto que se trata de un poema de género lírico, podemos encontrar numerosas figuras estilísticas para embellecerlo y proporcionarle musicalidad.
Entre esas figuras, podemos destacar una antítesis entre la realidad y el deseo en todo el poema, también encontramos otras antítesis como las del verso 4-7 (Sol-Nubes) y15-16 (Miedo-Alegría); Encontramos una    anáfora en los versos 1 y 4 (Te lo he dicho con...) y en los mismo versos a su vez, un paralelismo; Por último, observamos también una comparación en el verso 2 (jugueteando como animalillo en la arena).
No siempre el amor va a ser inalcanzable. Yo creo que si verdaderamente estamos enamorados de esa persona haremos cualquier cosa por conquistarla, siempre y cuando no cambies ni tu forma de ser ni tus gustos, hay muchísimas maneras. La ambición es el último refugio del fracaso, por lo que no debemos echarnos atrás sin haberlo intentado.
Podemos confirmar que estamos ante un poema del género lírico, ya que presenta una estructura encuadrada.

jueves, 12 de abril de 2012

Se querían, Vicente Alesaindre

Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

En relación a la organización de las ideas, este poema puede dividirse en cinco partes; La primera, abarcaría las dos primeras estrofas, donde el autor va describiendo la relación de los dos amantes comparándolo con la naturaleza, los animales...; La segunda, ocupa el tercer párrafo, en la cual se vincula la noche con lo oscuro, el frío, los cuerpos helados...; La tercera parte corresponde a la cuarta y quinta estrofa donde, en contraposición a la estrofa anterior, los amantes no solo se quieren por la noche, sino también durante el día; A continuación, la cuarta, acapara la sexta estrofa donde se hace referencia a la pasión amorosa de los amantes; Para concluir, la última parte del poema corresponde con la última estrofa, en la cual, hace una enumeración de sustantivos y adjetivos que han aparecido a lo largo del poema. Finalmente, el último verso coincide con el principio del poema, pero añadiéndole 'sabedlo' para hacer más hincapié.

El tema principal del poema es el amor eterno.

El poeta quiere mostrarnos como se quieren dos amantes. Se quieren a pesar de todo y todo el tiempo, durante la noche, durante el día. Si se trata de la noche, se quieren bajo la luna, en la oscuridad. Por la mañana, se siguen queriendo igual, también se quieren en la playa, sobre el mar, bajo el sol. Es decir, que, sea cuando sea, de noche, de día, en la madrugada, en el atardecer, ellos se quieren y se querrán.


Vicente Alexaindre y Merlo nació en Sevilla pero pasó la mayor de su vida en Madrid, donde estudió comercio y derecho. Pertenece a la Generación del 27 y recibió varios premios de literatura, entre ellos un Nobel. Su poesía puede dividirse en cuatro etapas: poesía pura, poesía surrealista, poesía atropocéntrica y poesía de vejez. Más concretamente, este poema pertenece al libro ''La Destrucción o Amor'' que a su vez se clasifica en la etapa surrealista, junto con otras obras como ''Espadas como labios'' y ''Mundo a Solas''. La temática principal de la obra es el amor, en el que predomina el verso libre.
El poema se vale de numerosos recursos estilísticos siendo el más acusado el de repetición para embellecer el poema y dotarlo de musicalidad. La anáfora es este recurso de repetición del que hemos hablado, estando presente a lo largo de todo el poema: versos 1, 5,6, 10, 14, 18 y 21 (se querían); otro recurso presente es la comparación, que podemos observar en el verso 6 (Se querían como las flores a las espinas hondas), en los versos 11-12 (los valles se estiran como los lomos arcaicos que se sienten repasados), versos 24-25 (horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando) y en los versos 26-27 (Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro); También podemos encontrar varias metáforas en los versos 2 (sufrían en la luz, labios azules en la madrugada), verso 5 (se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz), verso 9 (giralunas que brillan recibiendo aquel beso) y en el verso 28 (dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida); Otro recurso  utilizado es la enumeración, presente en el verso 13 (caricia, seda, mano, luna que llega y toca) y en la mayoría del último párrafo; Encontramos una pregunta retórica en el verso 4 (¿Sangre dónde?) y un paralelismo en los versos 16-17 (duras como los cuerpos helados por las horas - duras como los besos de diente a diente solo); Y, por último, hay presencia de personificación en los versos 10-11 (Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran), versos 18-19 (Se querían de día, playa que va creciendo,ondas que por los pies acarician los muslos) y en el verso 23 (mar altísimo y joven, intimidad extensa).
El poema trata el tema del amor incondicional. Hoy en día, se está perdiendo este sentimiento. Las parejas van y vienen y no hacen nada por quererse un poco más y demostrarse más afecto. Aunque no podemos generalizar, porque hay personas que sí muestran todo su amor hacia su pareja. Además, ha de quererse, sobre todo, sea por la noche, por el día y por siempre.
Como conclusión, podemos afirmar que se trata de un poema ya que presenta una estructura encuadrada puesto, que el tema principal, el amor, se encuentra presente en cada una de las partes del poema.